El “Camino de la Persona Emprendedora III”. Aterrizar en euros lo diseñado
es planteo una nueva etapa del camino a recorrer, para convertir una “idea feliz” en una idea de negocio. En concreto se trata de afrontar la tarea de aterrizar lo diseñado a través de cuantificar los euros necesarios, lo que normalmente se convierte en el tramo más duro, la pendiente que pocos quieren afrontar cuando ya se anhela llegar a la meta de poner la actividad en marcha.
La mayoría de personas emprendedoras que he acompañado reaccionan con una mezcla de agobio, miedo, ansiedad y bajón emocional, cuando los “acorralo” con preguntas cuya finalidad es que concreten aspectos de su modelo de negocio, y así puedan buscar la información económica que les falta, pidiendo presupuestos o analizando el mercado para conocer los costes, estimar el importe de la inversión que tienen que realizar para poner en marcha lo ideado, o tener criterio para establecer el precio de los productos o servicios que pretenden ofrecer.
Miedo a los números o aversión al riego
Cuando era niño en edad escolar generé entre el resto del alumnado de mi clase cierta mala envidia, porque fui el raro que se le daban las matemáticas. Como dice la canción de Fito and Fitipaldis, “no digo diferente digo raro”. Esta rareza infantil y adolescente, se transformó con los años en herramienta profesional para facilitar a las personas emprendedoras el proceso de análisis de la viabilidad económica- financiera de sus modelos de negocio, sin perder del todo la ilusión y ganando la objetividad que los datos económicos le aportan.
Y como normalmente me siento como el personaje Grinch que quiere arruinar la Navidad, me ha hecho plantearme, si además de mejorar la forma de comunicar y la metodología de acompañamiento, existen otros factores sociales o psicológicos.
En el ámbito de la psicología se habla de la aritmofobia o numerofobia, como el miedo irracional a los números, que hace sentirte abrumado por la necesidad de hacer cálculos, tener miedo de cometer errores en los números o simplemente sentir una gran incomodidad al trabajar con números, incluso al enfrentarse con pequeños cálculos de tareas cotidianas como planificar la compra, evitando responsabilidades que impliquen trabajar con números.
Otras corrientes doctrinales hablan de la matofobia o aritmofobia, al referirse a las personas que experimentan miedo a las matemáticas, llegando incluso a sentir pánico y ansiedad de solo pensar en ellas. Pero es muy importante destacar que no tiene nada que ver con la capacidad cognitiva o el coeficiente intelectual de una persona, pues muchas personas altamente inteligentes pueden sufrirlo
En el Informe PISA de competencias educativas del 2023, las matemáticas han sido los conocimientos más perjudicados, tanto globalmente como en España. Existe una tendencia social negativa hacia el aprendizaje de las matemáticas. Es tristemente común escuchar a adolescentes y adultos decir que las matemáticas no les gustan, no se les dan o que voy a elegir titulaciones que las evite.
Esta cuestión va muy relacionada con un elemento definitorio de cada persona emprendedora como es la aversión al riesgo y que influye transversalmente en el diseño y futura viabilidad del su negocio. Hasta la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores le dedica un apartado de su web a esta cuestión.
De sus múltiples definiciones, podríamos centrarnos en como la aversión al riego se manifiesta en la actitud de rechazo que experimenta una persona emprendedora ante la posibilidad de sufrir pérdidas, existiendo diferentes niveles de aversión, los cuales determinan si prefieren modelos de negocio que generen ingresos más estables aunque con menores rendimientos, o más arriesgado estando dispuesto a sufrir eventuales pérdidas a cambio de la posibilidad de obtener beneficios superiores.
Viabilidad Económica
Por ello, cuando afrontamos el análisis de la Viabilidad Económica, debemos ser conscientes que tiene unos aspectos relativos vinculados a cada persona emprendedora, frente a otros objetivos derivados del diseño del modelo de negocio.
Se trata de realizar una estimación de las posibilidades que tiene nuestra idea de negocio de generar ingresos suficientes para asegurar su funcionamiento y la realización de su actividad. Puede ser relativa, pues en base al beneficio esperado, una persona emprendedora puede descartar proyectos que otra persona aprobaría.
Como definición de referencia aceptada se considera que un proyecto es viable económicamente, cuando alcanzada su capacidad de producción plena, es capaz de obtener de su actividad, una vez deducidos todos los costes, un excedente (beneficio) suficiente para hacer frente al coste de la deuda, la remuneración de los socios y la financiación de una parte de su crecimiento
La calidad de estimaciones que se hagan dependerá de la calidad de las hipótesis que las sustenten y de la rigurosidad de los datos que la soporten.
Medir para después monetizar
Mientras diseñamos nuestra oferta e identificamos al ́publico objetivo, estamos en la fase de medir, por ejemplo, cuantos metros cuadrados de local necesitamos, que modelo y número de máquinas, cuanto personal y de qué perfil, tipo de publicidad, etc… Pero no es lo mismo medir que monetizar
El cálculo del valor monetario de la inversión que supone la estructura que se ha diseñado, y el importe de los costes fijos y variables de su funcionamiento, será más real en la medida que se tenga más o menos experiencia en el sector, y en tanto el diseño técnico y los importes sean validados con presupuestos emitidos por los proveedores existentes en el mercado.
Si tomamos como ejemplo la idea de abrir un restaurante, tendremos definido, entre otras muchas cuestiones, cuantas mesas y sillas vamos a instalar, sus calidades y su precio. O cuanto personal necesitamos, teniendo en cuenta el horario de apertura, que poniéndolo en relación con la jornada máxima, conoceremos el coste salarial por convenio según categorías. En el ejemplo anterior, establecer el número de mesas y sillas es MEDIR, mientras que pedir presupuesto para conocer su precio y coste total de esa inversión, es MONETIZAR.
En el lado de las previsiones de ingresos, para que sean creíbles, es fundamental contar con una propuesta de valor bien concretada para cada segmento que decidas atender, de manera que entre más se identifique las características del cliente potencial, y más homogéneas sean, mejor mediremos el tamaño del mercado al que podremos acceder. A ello se añadiría un análisis de la competencia, de las tendencias, etc.
Pero el dato más objetivo que debemos tener en cuenta a la hora de plantear diferentes escenarios de ingresos en nuestra CAPACIDAD PRODUCTIVA. Es decir, cuanto es el máximo de clientes que podemos atender, y el máximo de servicios que podemos prestar o productos que podemos servir, con la estructura de inversión que hemos diseñado. Este dato nos permitirá plantear diferentes escenarios vinculados a decisiones que dependen directamente de la persona emprendedora, que deberá cruzar con las estimaciones de demanda realizadas fundamentadas en el tamaño, la accesibilidad y la fuerza de venta que se tenga prevista realizar.
No temas hacer números los más reales posibles sobre una actividad que no has iniciado, inventando cifras maravillosas que te animen a seguir y no te hagan perder la ilusión. Recuerda que una de las enseñanzas del Camino de Santiago es la importancia de ser honestos con uno mismo y con losdemás, planificar cada tramo que afrontas, y estar muy atento a las señales que te aporta el propio Camino, para no desviarte del mismo.
El ser optimista es totalmente compatible con ser riguroso en los datos y en las hipótesis de partida. Las matemáticas se enmarcan en las ciencias exactas, aunque se basan enteramente en la observación y experimentación como prácticas para crear conocimientos.
Al analizar la viabilidad económica de una idea de negocio se emplean las matemáticas, pero los datos que se aportan deben estar impregnados de la fórmula del emprendimiento H2A: humidad, honestidad y actitud. De esta manera la experimentación y la observación nos irán marcando el resto del camino.
¡BUEN CAMINO!