El pasado 21 de septiembre de 2023, este periódico publicó una entrevista en la que contaba, grosso modo, en que consisten las áreas en las que profesionalmente estoy involucrada: básicamente, la construcción y rehabilitación bioclimática de los edificios canarios -ahorro energético y confort- y la investigación en la planificación sostenible del territorio, aprovechando sus recursos estratégicos para generar nuevas economías, a ser possible de Km0 y basadas en la ecología, para generar nuevas centralidades.[1]
En ese artículo ya comentaba mi preocupación por el enfoque de la metodología actual para valorar la eficiencia energética de los edificios, dado que tiene muchas incongruencias en su aplicación a Canarias, y la urgencia de reconducirlo. Las subvenciones que vienen de Europa están premiando estrategias absolutamente inadecuadas en nuestro territorio, como son las calderas de biomasa -en un territorio en elevadísimo riesgo de desertificación donde los residuos forestales deben tener otras prioridades- o la geotermia de baja entalpía – ineficientes en zonas de baja oscilación térmica, como las de la costa de nuestro archipiélago-.
En efecto, en Canarias y debido al incremento de las temperaturras, una de las prioridades debería ser mejorar la habitabilidad en los edificios mediante diseños que tengan en cuenta las particularidades de nuestro clima. Somos los únicos de toda España que hemos estado exentos, por ejemplo, de poner aislamiento térmico hasta el año 2009. Esta es una asignatura pendiente muy relevante y se traduce en elevados costes en salud, confort y ahorro energético.
Pero en la actualidad, son muchos más los retos que se plantean al archipiélago canario, para el avance real y urgente hacia el Desarrollo Sostenible. Formar parte de los territorios aislados y distantes del continente nos hace muy vulnerables y dependientes, especialmente en el campo de los recursos estratégicos, aquellos sin los cuales no se puede vivir: energía, agua, alimentos, habitabilidad, entornos saludables…
Continuamente se nos trata de convencer de que mientras haya tecnología, afrontar estos retos no será un problema. Pero las circunstancias actuales, sus indicadores y las alarmantes gráficas de la evolución del cambio climático han demostrado que difícilmente se abordarán las soluciones solo con tecnología, ya que su mera aplicación, está generando otras externalidades inabordables en un planeta de recursos finitos…
Por tanto, considero que es imprescindible rescatar y sacar brillo a algo que parece que abandonamos hace tiempo –nunca debimos hacerlo-, cuando el abuso de la tenconlogía nos subió el ego y la soberbia…: rescatemos el sentido común.
Es es por ello por lo que en este artículo trataremos de hacer breves reflexiones, con una mirada crítica y propositiva, sobre algunos problemas y emergencias actuales y la forma en que están tratando de afrontarse.
El Cambio Climático y Plan de Emergencia en Colegios frente a las altas temperaturas.
El pasado mes de abril, la Consejería de Educación presentó ante los medios de comunicación un protocolo marco con directrices y orientaciones para que los centros educativos de Canarias afronten episodios de altas temperaturas. Es evidente que, debido a las deficiencias de los edificios canarios en confort antes aludidas, en muchos colegios se está peor dentro que fuera, por lo que cuando las temperaturas suban, una de las opciones que se plantean es la de enviar a casa al alumnado con el trastorno que ello ocasionará al sistema educativo y, por supuesto, a los padres y madres.
Es URGENTE abordar la rehabilitación eficiente de estos edificios, priorizando las mejoras en la envolvente, aislamiento en muros y cubiertas, sustitución de carpinterías, favorecer la ventilación curzada para disipar los excesos de humedad, protecciones solares en huecos, renaturalización de los espacios exteriores y favorecer la generación de sombras y oxígeno, captación de CO2, etc… Esto haría que estas medidas no tuvieran que ser tan drásticas, diminuyendo la calidad de vida de todos los implicados. Una vez más habría que ir al origen del problema, no a paliar sus consecuencias.
La gestión de la energía
En este área, suele asociarse energía y sostenibilidad a la simple instalación de energía renovable. Estos equipos suelen tener una vida útil de unos 20 o 25 años y están asociados a una demanda actualmente exponencial de materiales y tierras raras, y generan importantes residuos al final de su vida útil. Parece evidente que no podemos asociar desarrollo sostenible, por ejemplo, a la simple instalación de fotovoltaica en un edificio sin aislamiento térmico -por ejemplo un colegio- para satisfacer la demanda de climatización. Y sin embargo esto está ocurriendo y además subvencionándose.
Debemos auditar los edificios para valorar dónde se consume más energía y adoptar medidas de ahorro para satisfacer finalmente con EERR -y favoreciendo el autoconsumo-, aquellas demandas que no se pudieran evitar.
Pero donde más energía se consume y más CO2 se emite es en el sector del transporte terrestre [2] y esto es debido a un la urbanización diseminada y a un modelo económico polarizado en la zona metropolitana -administración y servicios_ y en el suroeste de la isla -turismo.-Y este modelo económico debería diversificarse, preferiblemente hacia sectores de los que somos absolutamente dependientes, como es, por ejemplo, la producción de alimentos en el abandonado medio rural.
La Gestión del Agua y la Emergencia Hídrica.
En Canarias, el binomio agua / energía es indisoluble. En la actualidad, el mejor cliente que tiene la principal compañía comercializadora de energía del archipiélago es, precisamente, el Consejo Insular de Aguas. Efectivamente, los bombeos, la depuración industrial y la desalación consumen ingentes cantidades de energía.
Es muy preocupante que en el nuevo Plan Hidrológico de Tenerife, en vez de dedicar un importante capítulo a tartar de evitar las enormes pérdidas de la red -actualmente entre un 40 y un 60% según las fuentes- se centren en la instalacion de nuevas -y muchas- depuradoras industrials y desaladoras. Esto va a multiplicar el consumo energético exponencialmente y se están dejando fuera otras opciones como la depuración natural, aplicable a más del 45% del territorio – sobre todo rural- para reutilizar las aguas sin coste energético relevante, al tiempo que se genera paisaje y biodiversidad. Esta deriva del Plan Hidrológico Insular es muy preocupante.
La necesidad de crear modelos “policéntricos” y de Sembrar Conciencia Rural.
El modelo económico basado en el turismo genera un alto PIB, pero las externalidades son de tal calibre que no es Sostenible. Hay que tratar de generar modelos policéntricos donde se tengan en cuenta esas economías que nos hacen tan dependientes, como la agricultura. No tiene sentido que se subvencione el cultivo de platanera que consume una ingente cantidad de agua de exigente calidad -y por tanto energía-, y que la mayor parte del producto se destine a la exportación, lo cual favoerce el cambio climático, mientras importamos el 90% de los que comemos.
En síntesis, para el Desarrollo Sostenible, el confort, la salud y la calidad de vida del archipiélago, debemos, mejorar el parque edificatorio, tartar de evitar la construcción diseminada, mejorar sus condiciones de habitabilidad, favorecer el autoconsumo de recursos, maximizando previamente el ahorro y Sembrar Conciencia Rural, para que nuestros jóvenes comprendan que el Desarrollo Sostenible necesita que se dignifiquen ciertas profesiones, sobre todo asociadas al mundo rural, que podrían hacer a este territorio más bello, autosuficiente y resiliente.
[1] https://tribunadecanarias.es/araceli-reymundo-lo-realmente-sostenible-es-disenar-para-minimizar-el-consumo-energetico/
[2] Fuente: anuario energético de Canarias 2023
