Cataluña en el epicentro, una vez más. Y parece que esta va a ser la tónica de una legislatura que se presenta larga, atropellada y propia de un programa de televisión de los años noventa. A nadie se le escapaba de la amnistía iba a acaparar gran parte del espacio de la vida política de nuestro país, gran parte de los debates y de las luchas, pero pocos esperábamos el bochorno de los últimos acontecimientos donde una ley, hecha por y para los catalanes que necesitan de ella, fuera tirada abajo por ellos mismos. Lo que decía, un bochorno mediático que genera “chicha” y expectación, dejando en un segundo plano los problemas del resto, pero las telenovelas siempre han tenido más espectadores que los telediarios.
Y sí, tenemos problemas, queridos Sánchez y Puigdemont, la amnistía no es el centro del universo para el resto de los mortales que vivimos en este país. No hay más que mirar alrededor. La sequía, precisamente en Cataluña, ha dejado de ser preocupante a dar verdadero miedo. No solo en Cataluña, Andalucía implora agua al cielo mientras su tierra se seca y el campo pasa hambre. Y hablando precisamente de campo, los agricultores de media Europa, incluido España, en plena calle exigiendo dignidad, nada más y nada menos. Un sector agrario que lucha frente a un mercado desregulado y donde sus organizaciones han reclamado la modificación y ampliación de la Ley de la Cadena Agroalimentaria para prohibir las prácticas desleales para que los precios de los agricultores cubran los costes de producción. Porque nuestro campo ha dejado de ser atractivo por la falta de dignidad para sus trabajadores, y eso es un problema para la supervivencia del mismo, para el relevo generacional y para nosotros como país que necesita abastecerse.
Pero todos nuestros problemas de calibre no acaban ahí. En nuestras islas vivimos un drama humanitario que el resto parece percibirlo solo de lejos. En el año 2023, Canarias recibió en torno a 40.000 inmigrantes y, el mes de enero, bate un triste récord con la llegada de más de 6.300 personas. Hablamos de supervivientes, estas cifras no engloban a los que perecieron en el océano Atlántico camino de Canarias en una ruta terrorífica. El Hierro, la menor de nuestras islas, registró la llegada de 3.650 inmigrantes en 50 cayucos durante el mes de enero, un cuarto del total de 2023; una isla que tiene 11.646 habitantes censados. Y a todo esto añadimos una cifra más, 5.150 menores no acompañados repartidos en 70 centros de acogida a lo largo del territorio del archipiélago. Cifras que nos permiten ilustrar una realidad que habla de un verdadero drama humanitario al que Canarias parece que se enfrenta sola porque el foco mediático y político es otro. El foco es la amnistía, es Pedro Sánchez y es Puigdemont. Canarias no tiene recursos, ni siquiera humanos, para hacer frente a esta situación histórica. Los cuerpos de seguridad están cansados y son escasos, los centros para menores no abarrotados no tienen camas, los recursos económicos son insuficientes. Estamos solos en esto.
La triste realidad de nuestro país es que es infinitamente más importante un señor que ha huido de nuestro país que todas estas personas que llegan día a día en cayucos a las costas canarias. Es más importante que un presidente se mantenga en el poder que buscar soluciones a la sequía que viven nuestras comunidades autónomas. Es más importante la lucha y el ego político que la dignidad de nuestro campo. Cuestión de prioridades, cuestión de foco mediático.
Montserrat Hernández
Directora de Tribuna de Canarias