Las exportaciones han descendido en torno a un 70-80%
Para dar comienzo a la entrevista, me gustaría conocer la evolución del sector del aguacate en lo que a su precio se refiere.
Actualmente, el precio del aguacate, como se puede observar en los lineales de los supermercados, es bastante alto. Esto se debe, en primera instancia, a que estamos fuera de campaña. El aguacate es un producto de temporada y ahora mismo no estamos en ella, lo que hace encarecer su precio.
A pesar de su coste, tiene una alta demanda e, incluso, me atrevería a decir que es un producto que está de moda.
Es un producto del que se lleva haciendo una campaña desde hace mucho tiempo, dado las propiedades organolépticas del mismo. Esto ha hecho que el consumo no solo en España, sino en toda Europa esté creciendo.
De hecho, en Europa actualmente no hemos tocado techo de consumo per cápita. En Canarias, aunque siempre ha sido costumbre, el consumo de aguacate sigue aumentando.
Es un producto que cada vez se consume más en Canarias, pero no solo en los hogares, sino que este consumo se traslada a múltiples sectores económicos…
Sí, no solo se consume en los hogares. No cabe la menor duda de que, desde el punto de vista gastronómico, la incidencia de muchos chefs españoles en este producto ha hecho que el aguacate se haya incorporado dentro del canal Horeca, lo que ha facilitado el aumento de su consumo.
¿A qué sectores distribuye Tenerife Aguacates su producción?
En la actualidad tenemos un servicio destinado al canal Horeca, es decir, a restauración, hoteles y cafeterías. Y, por otra parte, tenemos el servicio al por mayor y la exportación.
¿Qué puesto ocupa la exportación en vuestra comercialización?
A raíz del cambio climático la situación en las islas se ha agravado: tenemos menos lluvias, las olas de calor son más duraderas… Y con todo ello, estamos hablando de una planta que sufre todas estas adversidades. Si esto lo ligamos a la falta de agua existente en las zonas de regadío, encontramos que las producciones en los últimos años han mermado en una cantidad importante.
Esto unido al aumento del consumo en las islas ha hecho que las exportaciones hayan descendido en torno a un 70-80%.
El aguacate es muy sensible a cualquier cambio. ¿Cómo afrontarán esta situación?
Sí. El aguacate es muy sensible, no lo podemos comparar, por ejemplo, con el plátano, que es un herbácea. En este caso, estamos hablando de un árbol que requiere de siete u ocho años para estar a pleno rendimiento y cualquier circunstancia climática va a afectarle y va a costar recuperarlo.
Detallando los problemas a los que nos hemos enfrentado, tuvimos un siroco brutal en Tenerife durante la época de carnavales que hizo mucho daño al cultivo en la zona del Valle de La Orotava, que es una de las zonas más productivas de las islas. A día de hoy estamos intentando recuperar el 70-80% de la producción que teníamos antes de ese siroco.
A posteriori, ha tenido lugar la erupción del volcán en La Palma. La Palma es la productora del 50% del aguacate que se produce en Canarias y en los dos últimos el cultivo prácticamente ha desaparecido. En la actualidad están empezando a recuperarse muchas de las fincas, pero hay que tener en cuenta que se ha perdido gran parte del producto que se comercializaba en esta isla y es Tenerife quien está soportando todo el peso del mercado, y no es suficiente.
Estos inconvenientes, unidos a la sequía, es lo que está haciendo que casi todo el producto se esté quedando en Canarias y se destina muy poco a la exportación, al contrario que años atrás.
En el pasado la exportación en nuestra empresa representaba el 80% de la producción, actualmente no estamos llegando al 10%.
Llevan muchos años avanzando para optimizar el recurso del agua. Un punto importante en el cultivo del aguacate es el riego, ¿qué puede contarnos sobre él?
La superficie de cultivo en Canarias cada vez es menor. La zona forestal en el archipiélago ha ido creciendo en la última década, pero es cierto que mucho cultivo de secano se ha tenido que transformar en cultivo de regadío. Hace 20-30 años era impensable estar regando una explotación de viña y a día de hoy la inmensa mayoría de estas explotaciones tienen un sistema de riego.
Lógicamente, debido al cambio que estamos sufriendo en el clima. Todos hemos tenido que adaptarnos a estas circunstancias y atender a las nuevas tecnologías que han ido desarrollándose en torno a los sistemas de riego.
Dadas las circunstancias, ¿ha cambiado el periodo de recolección del aguacate?
El periodo de recolección del aguacate es cierto que se ha adelantado un poco. El cambio del clima está afectando, al ser más cálido, la fruta madura antes y nos vemos obligados a recolectarlo antes de las fechas previstas.
¿Será 2023 un buen año de cosecha para este cultivo?
A priori, no debería ser un año malo. No obstante, tanto en Tenerife como en La Palma estamos teniendo dificultades con la disponibilidad de agua de riego, lo que puede hacer que la fruta cuya campaña está comenzando llegue a mermar e, incluso, que mucha se caiga por las dificultades que estamos teniendo ante la escasez de agua disponible para mantener las explotaciones agrícolas.
¿Cuáles son las expectativas que marcan el futuro del sector?
Me encantaría ser un poco más positivo, pero si no se soluciona el problema del agua, el problema en el campo se agravará. El agua que tenemos disponible es poca, cara y mala, se unen las tres variantes negativas que impiden cosechar un buen cultivo.
Desde el punto de vista de las explotaciones, ha aumentado mucho la superficie de aguacate en las islas pero, por otro lado, está siendo insostenible la permanencia de la producción de las mismas.
Si todo sigue como hasta la fecha, las expectativas del cultivo, no solo de aguacate, tienden a ser complicadas.
