¿Qué te llevó a especializarte en podología deportiva y cuál es tu enfoque principal en esta área?
En primera instancia, al vivir en Canarias, me informé de un grado universitario que no se estudiara aquí, porque iba a tener más futuro. Una vez estudié podología decidí que quería destacar y emprender en base a una necesidad en el archipiélago. Por ello me especialicé como podóloga deportiva.
Cuando comencé fue muy novedoso, ten en cuenta que yo formo parte de la segunda promoción del máster, y nunca creí que fuera a ser un ámbito tan demandado. Estoy muy contenta con mi especialidad, porque es la que más destaca dentro del sector.
Tiene cada vez más cabida en el ámbito deportivo…
Sí. De hecho, los deportistas antes iban a comprarse una plantilla a Decatlhon o a una ortopedia y no tiene nada que ver una hecha de manera biomecánica por un podólogo que una plantilla comprada en una farmacia o en una ortopedia. En este sentido, les estamos dando a los deportistas, que se gastan una gran cantidad de dinero en zapatillas deportivas y en participar en maratones, la posibilidad de invertir en unas plantillas de calidad y, en definitiva, la posibilidad de ganar en salud.
¿Cómo llevas a cabo la evaluación y el análisis biomecánico de los pacientes deportistas para determinar posibles desequilibrios o problemas en los pies y las extremidades inferiores?
Nosotras realizamos dos tipos de estudios. Un estudio de la pisada, que es para todo el mundo, deportista o no. Se trata de unas maniobras clínicas para valorar los rangos de flexibilidad y movilidad de las articulaciones y ver si hay alguna limitación. Luego, hacemos varios tests que nos determinan la funcionalidad, pues muchas veces tenemos la pierna rotada hacia dentro o hacia fuera, lo cual puede derivar en varias patologías. Todo eso lo valoramos en la consulta y con el uso de tecnología, como lo es la plataforma de presiones, conseguimos valorar dónde está distribuido el peso del cuerpo en la planta del pie.
Incidiendo en el deportista, contamos con una cinta de correr y un sistema de análisis de la marcha en carrera, por lo que podemos valorar la cadencia de paso, la velocidad entre una pierna y la otra, los ángulos de las piernas… Es un estudio más extenso, que está enfocado a corredores.
¿Cuáles son las lesiones más comunes que tratas como podóloga deportiva?
La fascitis plantar es una lesión que le ocurre a todo el mundo, sea deportista o no; periostitis tibial, que es una lesión en la cara interna de la tibia que le ocurre a muchos corredores; tendinitis aquilea, que ocurre sobre todo en pacientes que juegan al baloncesto. Y luego, en niños ocurre que les duele el talón cuando practican deporte y se debe a la falta de la dosificación del calcáneo, que es una patología muy común.
Nuestro objetivo es que el deportista practique su deporte sin dolor, porque hay muchas patologías que se curan con una cirugía o una infiltración, pero nosotros conseguimos que siga haciendo deporte protegiendo la zona que tiene mal, mientras espera por la cirugía o cualquier otro tratamiento.
¿Cada cuánto debe acudir un deportista al podólogo?
Varía en función de a qué se dedican. Pero antes de cada temporada los suelo ver. De hecho, hacemos un estudio, creamos las plantillas y les decimos que cada seis meses como máximo tienen que acudir a una revisión. Para nosotras las revisiones son parte del tratamiento y no cobramos por ellas. Son imprescindibles para ver la evolución del paciente.
A los deportistas en función de sus competiciones se le realiza un seguimiento mucho más personalizado.
«Nuestro objetivo es que el deportista practique su deporte sin dolor»
¿Cuáles son los tratamientos y terapias que utilizas para tratar las lesiones y problemas comentados?
Nosotras las tratamos exclusivamente con plantillas, porque es lo que mejor resultado aporta a nivel deportivo.
Las plantillas ayudan a proteger zonas con mucha carga en la planta del piel y ayudan a distribuir mejor las presiones.
¿Qué consejos darías a los deportistas para tener unos pies sanos y prevenir lesiones relacionadas con la propia práctica deportiva?
Nosotras recomendamos siempre hacer un estudio de la pisada con podólogos y que cada vez que lo vayan a hacer comenten todo aquellos que les inquieta o, incluso, que lleven cualquier tipo de pruebas en caso de que las haya, nunca hay datos de menos.
