Single, cuantas veces lo habremos escuchado y dicho en medio de ese batiburrillo de anglicismos que usamos cada vez más para expresarnos y que en su traducción literal significa soltero/soltera, pero que me da a mí que lo utilizamos también para definir todo aquello que hacemos individualmente o solos y en lo que a viajar se refiere, solo o sola se ha viajado siempre desde que los más ilustrados europeos, ávidos de experiencia e influenciados por el movimiento empirista, recorrían la Europa Clásica como parte de su proceso de formación integral.
Pero no es hasta la llegada del boom del turismo, derivado del aumento de la clase media tras la II Guerra Mundial que la cultura del viaje como forma de ocio se extiende a la mayoría de la población, co- menzando por ello este sector y actividad social a ser susceptible de cambio según los usos y costumbres de cada época, como los son el resto de actividades humanas y por ello ha irrumpido la tendencia del viaje o turismo en solitario o single.
Ya sea por el creciente individualismo, por la dificultad de coincidir con pareja o amigos en determinados momentos del año, por el cada vez más elevado número de solteros y separados o por una combinación de todo ello, el turismo en solitario es una tendencia al alza que antes de la pandemia ya estaba en cifras récord y que una vez superada esa etapa no hace si no crecer más y más ya que una de cada cuatro personas estuvo planeando viajar en solitario según diversos estudios.
Pues habrá que adaptarse a ello ya que si con estas cifras en la mano, el 25% de los ingresos de la industria turística provienen del segmento single, ya podemos ser cada vez más atractivos para este nicho frente a nuestra competencia como destino y que el single perciba a nuestras islas como un lugar en el que disfrutar y en el que sus demandas son atendidas.
En los alojamientos turísticos ya sabemos los que nos dedicamos a esto, que la ocupación de una habitación doble por una sola persona es percibida como lo que dejamos de ingresar por la segunda persona, por mucho que apliquemos el suplemento doble uso individual, pero que nos guste o no, sabemos que estas cifras de viajeros singles son tendencia al alza y basta para ello una simple observación de quienes nos rodean, ya que todos tenemos cada vez más amigos “solteros” o en relaciones con un nivel de compromiso “especial”, en las que prima el espacio en singular incluyendo las vacaciones una o varias veces al año. ¿Y cómo vamos a adaptar esta realidad a nuestra industria más allá de aplicar el suplemento anteriormente nombrado?.
Pues yo diría que segmentando en el propio segmento single y la primera peculiaridad es que según los datos el porcentaje de mercado femenino que viaja solo frente al masculino es en esta última década bastante superior, por lo que atender a las necesidades de ellas debería de ser una prioridad, sin por supuesto olvidarnos del mercado masculino. Otro dato a tener en cuenta debería ser estudiar las variables relacionadas con el nivel socio/educativo y económico del segmento single ya que de ello depende que aumentemos la calidad del turista y el gasto medio en destino con todos los efectos positivos que ello produce.
Eso si, las motivaciones del viaje y la oferta que hagamos a
este nicho de mercado tan específico deberían responder a un hecho multifactorial, ya que unos viajarán con ganas de desconectar y de estar consigo mismos en modo introspección, a otros les gustará conectar con otros singles en su misma situación y abrirse así a la experiencia de nuevas caras con personas ajenas a su entorno habitual, y a otras simplemente no les queda más remedio, o bien es una huida en medio de una crisis personal por lo que quizás el simple sol+playa+excursiones no sea en líneas generales la mejor forma de atraer al single medio.
Habrá que extraer más datos, analizarlos y microsegmentar cada vez más al detalle en esta sociedad cada vez más compleja derivada de lo que escuché una vez a un músico, que nos definía como “sociedad de autorrealización individual” y es que se ve que cada vez somos más singles, quiero decir que somos más uno, más individuos, más yo y debemos de aprovechar y adaptar nuestro destino turístico a ello.
