Hoy, 11 de agosto, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los resultados del Índice de Precios al Consumo (IPC) de julio de 2023. Aunque se ha producido un repunte en el conjunto del país, nuestra comunidad autónoma encadena un mes más en su senda de decrecimiento: la media nacional ha aumentado desde el 1,9% en junio al 2,3%, mientras que la cifra para Canarias ha pasado del 3,9% al 3,6%. Asimismo, la tasa de inflación subyacente, que excluye los precios de los productos energéticos y de los alimentos no elaborados, también ha aumentado a nivel nacional, de 5,9% a 6,2%; mientras que en nuestras Islas se ha mantenido al 6,2%.
La tasa de inflación general tocó máximos el verano pasado. Desde entonces, encadenó bajadas consecutivas, con algún repunte, que nos llevaron a situarnos en el 1,9% en junio. La tasa de inflación subyacente, por su parte, no comenzó a descender hasta el segundo trimestre de este año, no tanto porque los precios de los bienes y servicios que la componen hayan descendido, sino porque sus crecimientos se han moderado en comparación con el ritmo al que crecían en 2022. Aun hoy, esta se mantiene por encima del 6%.
La reducción del IPC, entre otros motivos, se debe a la caída de los precios energéticos y de las materias primas, así como al alivio de los cuellos de botella generados en la industria el año pasado. No obstante, se espera un impacto alcista sobre los precios, derivado de los aumentos de los salarios, por lo que es probable que los objetivos en materia de inflación no se alcancen próximamente.
La tasa general de inflación no va a mantener niveles tan reducidos como los de junio, como demuestra el último repunte; es la consecuencia de lo que se conoce como “efecto escalón” de los precios, que aparece cuando tras un periodo de crecimiento intenso de los mismos, estos comienzan a bajar, en comparación con los niveles máximos alcanzados, en este caso, el verano pasado. La volatilidad de los precios de los productos energéticos en 2022 ha provocado una volatilidad muy acusada sobre la tasa general, que impide ver con claridad la tendencia real de la inflación; por lo que es mejor centrar la atención en la tasa subyacente, que, de todas formas, es hacia donde convergerá la primera.
