Nos encontramos ya a mediados del año 2024, habiendo transcurrido un año desde la toma de posesión del nuevo gobierno en las instituciones canarias. Como es sabido, la sanidad pública está estrechamente ligada a las políticas gubernamentales. En este contexto, me gustaría preguntarte: ¿Cómo valoras la situación actual del sector?
Nos encontramos en un punto en el que las reivindicaciones del colectivo de enfermería siguen siendo las mismas que hace un año. La estabilización del personal continúa siendo nuestra principal demanda. Si bien es cierto que hay procesos abiertos para más de 2.300 plazas, consideramos que no es suficiente.
La estabilización del personal es funda- mental para la profesión enfermera, ya que garantiza la seguridad y calidad de la atención al paciente. Si bien los procesos de estabilización en marcha son un avance, es necesario ir más allá. Debemos incrementar el número de plazas estables y diseñar estrategias para retener el talento, evitando así la fuga de profesionales y asegurando una atención sanitaria de calidad a nuestra población.
La enfermería es una profesión que lleva años reivindicando mejoras en sus condiciones laborales. Mientras otras profesiones sanitarias han avanzado en aspectos como la creación de nuevas especialidades, la enfermería sigue demandando principalmente la estabilización laboral.
¿Considera usted que todas las profesiones del sistema sanitario reciben un trato equitativo?
Existen dos cuestiones fundamentales. Por un lado, aunque la estabilización del personal es nuestra prioridad, también demandamos que las especialidades de enfermería se reflejen en las plantillas orgánicas. A pesar de que el decreto de especialidades data de 2005, las plantillas aún no se han adaptado, limitándose a reconocer únicamente la especialidad de matrona. Por otro lado, es necesario que las plantillas se ajusten a las necesidades de la población, garantizando un número suficiente de enfermeras especialistas en pediatría, salud familiar y comunitaria, geriatría, salud mental, entre otras.
Es evidente que no todos los profesionales sanitarios reciben el mismo trato. Nuestra profesión, la enfermería, aporta un valor único a la sociedad: el cuidado de las personas. El cuidado es un derecho fundamental y una pieza clave en la planificación sanitaria. Al no valorar adecuadamente a las enfermeras, se menosprecia este derecho y se debilita el sistema de salud. La población necesita cuidados profesionales, y las enfermeras estamos preparadas para ofrecerlos. Por tanto, es fundamental reconocer y valorar nuestra profesión tanto en el ámbito sanitario como en el sociosanitario.
Estas reivindicaciones provienen de diversos colegios profesionales, entre ellos el de Las Palmas, que ha sido un referente a nivel nacional durante muchos años. Usted, como mujer al frente de este colegio, está liderando un cambio importante en una profesión de vital importancia. ¿Cuáles son las principales líneas de actuación que usted y su equipo están implementando para abordar estas reivindicaciones?
Cuando asumimos la dirección del colegio, establecimos como prioridades fundamentales la democracia, la transparencia y la participación. En los últimos tres años, hemos logrado avances significativos en estos ámbitos. Un ejemplo claro es la aprobación de nuestros nuevos estatutos, que refuerzan los principios democráticos. Asimismo, hemos mejorado sustancialmente la transparencia en la gestión del colegio, pasando de una situación deficiente a una muy positiva.
«Las reivindicaciones del colectivo de enfermería siguen siendo las mismas que hace un año»
Hemos combinado diferentes estrategias para lograr nuestros objetivos. Por un lado, hemos impulsado la participación a través de la creación de grupos y comisiones de trabajo que abordan los intereses de la profesión y de la ciudadanía. De esta manera, hemos logrado involucrar a un gran número de enfermeras en la toma de decisiones y en el desarrollo de proyectos que generan un impacto positivo. Por otro lado, hemos promovido una organización más horizontal, donde todas las enfermeras tienen la oportunidad de presentar sus propuestas y participar en la elaboración de líneas de trabajo. Esta transformación interna se ha extendido a nuestro entorno, generando un impacto positivo en la profesión y en la sociedad.
Es innegable que la formación continua es esencial en una profesión como la enfermería, que evoluciona constantemente. ¿Podría explicarnos en detalle qué acciones realiza el colegio para garantizar una oferta formativa de calidad y actualizada para sus colegiados?
La formación es una de las áreas que más satisfacción me genera. Hemos experimentado un crecimiento exponencial, no solo en la cantidad de actividades, sino también en su innovación y calidad. Además, hemos realizado una inversión significativa en recursos, tanto económicos como humanos, demostrando nuestro compromiso con la mejora continua de la profesión.
Invertimos en una amplia gama de áreas, desde los aspectos técnicos como curas, vacunación y cirugía menor, hasta aquellos relacionados con las distintas etapas de la vida, como el embarazo, la lactancia, la salud sexual y los cuidados de niños, adultos y ancianos.
En definitiva, ofrecemos una formación que abarca todo el ciclo vital, desde el nacimiento hasta la vejez, y que cubre todas las competencias profesionales de la enfermería. Además, hemos innovado al ofrecer tanto formación presencial como on-line.
¿En qué proyecto se encuentran inmersos actualmente desde el Colegio?
Estamos centrados en el desarrollo de la Casa de las Enfermeras. Aspiramos a que la Casa de las Enfermeras se convierta en una realidad tangible y se consolide como un espacio de encuentro y apoyo, tanto para los profesionales de la enfermería como para toda la ciudadanía. Deseamos que sea un referente donde los ciudadanos puedan encontrar respuestas, presentar iniciativas y sentirse respaldados. Nuestro objetivo principal es que esta casa sea un hogar común, al servicio de la comunidad.