¿Qué les diferencia respecto al resto de empresas del sector?
Somos una empresa que se dedica desde hace 22 años al alquiler vacacional. Trabajamos con casas de propietarios, quienes en determinadas épocas no las quieren mantener cerradas, y las gestionamos en un formato de vivienda vacacional. El cliente puede reservar y acceder a estas viviendas 1 semana, 10 días, 1 mes o lo que sugiera.
Hablamos de un mercado que no para de crecer ante las condiciones de seguridad y privacidad que ofrece.
Sí. La vivienda vacacional se ha convertido en una potencial alternativa de cara a las vacaciones. Hay mucha gente que está cansada del tradicional hotel, caracterizado por las aglomeraciones en el desayuno y la poca distancia entre hamacas en la piscina. Esta es un alternativa que ha crecido en números tras la pandemia por la privacidad que ofrece, pues permite al cliente disfrutar de una casa sin tener que compartirla con extraños.
¿Qué abanico hay de este tipo de viviendas?
Salobre Golf es nuestro producto estrella. Allí gestionamos en torno a 80 villas.
A la par, hay muchos particulares repartidos por toda la Isla de Gran Canaria que se han apuntado a alquilar su propiedad, que normalmente la tienen como segunda vivienda.
La villa es el producto estrella, porque goza de piscina privada, amplios espacios y jardín. No obstante, hay muchos propietarios de pequeños bungalows tradicionales e, incluso, apartamentos que se salen de la unidad de explotación tradicional y apuestan por la vacacional.
¿Perciben zonas saturadas de viviendas de uso turístico?
Sí. Es por ello que ha salido un nuevo Decreto que afecta a la ciudad de Las Palmas y con el que están intentando suprimir la actividad de alquiler de vivienda vacacional en edificios de doble uso, porque es difícil que conviva el residencial tradicional con el vacacional.
¿Cuál es el perfil que opta por este tipo de turismo?
Salvo los meses de junio, julio y agosto, en los que prevalece el turismo local y peninsular, el resto del año viene mucho turismo extranjero en el orden de ingleses, alemanes, escandinavos, holandeses, italianos… Y el modelo es de familia.
Desde vuestra empresa, ¿ofrecen solo el alquiler o también experiencias?
No. Estamos dedicados únicamente a la gestión del hospedaje vacacional. Realizamos la entrega de llaves cara a cara, no empleamos check-in virtuales, nos gusta el contacto directo. Asimismo, gestionamos lo que cada propietario necesite, según sus necesidades. Hay propietarios que quieren encargarse ellos de la limpieza y otros que no quieren preocuparse absolutamente por nada y nosotros les gestionamos todo.
¿Cómo se está presentando la temporada?
Hemos tenido un año post pandemia muy bueno. El año 2022 hasta Semana Santa de 2023 fue espectacular, el mejor año para nosotros. Cierto es que después de Semana Santa, aunque las noticias son contrarias a la realidad, sí hemos experimentado un pequeño bajón, se ha notado una recesión.
Esto les hace ser precavidos para lo que queda de año.
Sí. Además, el hábito de reserva ha cambiado muchísimo. Antes la gente hacía una previsión de vacaciones con tiempo, ahora nuestro gremio vive en plena incertidumbre, las previsiones de reserva están hechas a corto plazo, no sabemos cuál será el nivel de ocupación para el próximo mes.
Esto os habrá llevado a cambiar vuestra política de cancelación.
Cierto. Antes teníamos una política de cancelación muy es- tricta en la que tenías que cancelar con un plazo mínimo de 60 días. Ahora todas las plataformas se han adaptado y se puede cancelar con un mínimo de 20 días, de no efectuarse la cancelación en los 20 días anteriores a la llegada habría una penalización.
