¿Qué fines persigue la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la Provincia de Las Palmas?
Nuestra organización se fundó en el año 1977 y lo hizo bajo la ley de libertad sindical. Esto significa que en la etapa de la dictadura ya nosotros funcionábamos de manera informal, no legalizada, y fue en el año 77 cuando nos constituimos como organización empresarial. Fuimos una de las primeras organizaciones empresariales que existieron en Canarias. Esto viene a señalar cuáles son nuestros fines. En aquel momento contribuimos a la democratización de España, había un grupo de empresarios muy conscientes de la necesidad de tener un sentido de Estado y que estaban llamados a construir el país. Este fue el sentido de nuestra creación, además de la prestación de servicios y el acompañamiento a las empresas.
Por su parte, la labor más importante de nuestra organización en estos momentos es la conformación de una estrategia a medio plazo que lleve a Canarias hacia la modernización en infraestructuras básicas para la ciudadanía, en promoción y construcción de viviendas a precios asequibles que haga terminar con la emergencia habitacional en la que vive el archipiélago, y responder con gestión y eficiencia la ejecución de los fondos europeos.
Además, un futuro inmediato que cobra especial relevancia porque, como usted bien ha comentado, nos encontramos ante una emergencia habitacional en el archipiélago.
Sí. Nosotros hemos sido muy proactivos en la generación de iniciativas, tenemos muy claro que existe un marco legal que es absolutamente viable y que existen fondos suficientes que no se ejecutan para poder llevar a cabo este tipo de iniciativas. Las administraciones públicas cuentan con cientos de miles de metros cuadrados de suelo disponible y finalista para construir viviendas asequibles y no se ponen en circulación. También existen cientos de miles de metros cuadrados de suelo privado calificado como de VPO que no tiene salida porque los costes de promoverlos y construirlos hacen inviable su desarrollo. Además, los demandantes de viviendas se están retrayendo a la hora de la compraventa por el temor, fundado, a que continúe la escalada de los intereses y que los convierte en insolventes y, lo que es peor, aleja mucho más a quienes no pueden comprar ni alquilar una vivienda de poder hacerlo. La brecha entre los demandantes de viviendas y la capacidad de adquisición es cada vez mayor. El efecto es devastador. De ahí nuestro empeño en un pacto para gestionarlo de forma eficiente y luchar además por la desburocratización. Es imprescindible que la política de vivienda sea declarada como estratégica para Canarias.
¿Cómo evalúa la situación del sector en estos momentos? ¿Está en un buen momento?
Estamos viviendo un momento de incertidumbre económica y política. Europa ya vaticina el regreso a la austeridad y contención con menor inversión pública. Todo va a depender del comportamiento de los gobiernos (nacional y autonómicos) a la hora de gestionar este nuevo escenario y si van a contar o no con la iniciativa privada. Desde luego si siguen asfixiando a las empresas y demonizándolas el panorama no promete. Esperamos que nuestros costes se estabilicen, que se impulse a la industria hacia la modernización y la transformación digital. Las brechas las vamos a encontrar en el desmesurado absentismo laboral y la disfunción entre oferta y demanda de mano de obra. El panorama de la subida de intereses, el aumento de las materias primas, unos costes de producción absolutamente inviables, la falta de revisión de los precios de las obras que se están ejecutando y que se licitan por debajo del precio de mercado son importantes piedras en el zapato del sector. A pesar de todo eso, nosotros hemos sido capaces de seguir siendo positivos y no tenemos miedo al futuro, porque estamos convencidos de que podemos contribuir para mejorarlo pero hay muchos retos por delante en los que trabajar.
¿Cuáles son esos retos?
Ahora mismo estamos ante un reto fundamental: desmontar falsos mitos y reivindicarnos como sector estratégico y determinante en la vertebración social y económica de Canarias, así como conseguir un Pacto Estratégico de Gobernanza en materia de política de vivienda, infraestructuras, formación , transformación digital e innovación, y modernización industrial, que la coloque como región de primer nivel. Tenemos la experiencia y el conocimiento, hemos demostrado nuestra resiliencia superando todo tipo de crisis y entendemos la importancia de crear riqueza y empleo para toda la sociedad como factor determinante para que se traslade a nuestro propio sector. Solo necesitamos que se nos escuche y este pacto sería la fórmula que necesita Canarias para avanzar.
También en este otoño hay que acabar con la incertidumbre existente respecto a los fondos europeos vinculados a la rehabilitación integral de viviendas que se caducan el 14 de septiembre y para lo que nosotros estamos en contacto con el nuevo director del Instituto Canario de la Vivienda de cara a que se prorroguen. A nosotros en la Oficina Técnica de Rehabilitación, a través de un convenio que tenemos con el Gobierno de Canarias, se nos puso como objetivo rehabilitar 330 viviendas en un año, una cifra que ya hemos triplicado, hemos entregado más de 1.600 viviendas y esto no se puede quedar estancado. En definitiva, estamos viviendo un momento de incertidumbre, pero también de oportunidades. Si somos capaces de gestionar lo que tenemos en las manos vamos a ser capaces de mejorar el futuro.
¿Cómo se vincula el sector de la construcción con los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
Ahora mismo somos el bastión de los objetivos ODS; 7 de cada 10 euros de los fondos europeos destinados a la sostenibilidad pasan por la construcción, protagonista indiscutible e indispensable de la sostenibilidad y el medio ambiente. No sólo estamos gestionando, junto a la Consejería de OOPP, a través del ICAVI los fondos destinados a la eficiencia energética, sino que vamos a hacer una fuerte apuesta por nuestra industria, tanto de prefabricados, como hormigones o cementos, entre otros, y para eso, iniciaremos una cruzada para dignificar al sector de los áridos, fuertemente vinculado a la sostenibilidad.
