¿Qué significa para usted asumir la presidencia de la Audiencia de Cuentas de Canarias en este momento histórico y cuáles son sus primeras impresiones?
Llevo en el servicio público 44 años, he trabajado en entidades locales, autonómicas, parlamentarias y en empresas públicas y dentro de ellas, desempeñando en muchos casos puestos de responsabilidad. Acceder a la presidencia y dirección de un órgano asesor del Parlamento es el culmen de una carrera administrativa en la que no podía soñar cuando empecé esta andadura. Es un puesto en que se busca un perfil profesional, independiente y objetividad exquisita.
Ahora añado la repetición en el cargo. Tengo que aprovechar para dar las gracias a las muchas personas que colaboran y han colaborado conmigo durante estos años, al Parlamento que ha contado conmigo y me ha otorgado su confianza y a mis compañeros que me han elegido presidente no solo una vez, sino que han elegido una segunda.
Repetir en la Audiencia de Cuentas me permite dar continuidad al proyecto contando con una mayor experiencia y con el contraste de un nuevo equipo de consejeros con una alta cualificación y capaces, por su reciente incorporación, de tener una visión profesional externa sobre lo que debe ser el devenir de una institución de este tipo.
¿Cómo describiría el papel de la Audiencia de Cuentas en el contexto del control financiero y la rendición de cuentas en Canarias?
Somos un órgano delegado de auxilio técnico del Parlamento de Canarias en apoyo de sus competencias de control político, cuya función se concreta en suministrarle, entre otros, elementos de juicio que permitan un análisis fundado técnicamente y la adopción con conocimiento de causa de decisiones en el ámbito de la fiscalización de la gestión económica, financiera y contable del sector público de la Comunidad Autónoma de Canarias. Con esta labor contribuimos al ejercicio democrático de control parlamentario de la acción de gobierno, a la vez que aportamos información al ciudadano sobre la actuación de sus gobernantes, lo que le permite ejercer sus derechos políticos con más información.
Aparte de las conclusiones de los informes sobre una ya gestión realizada, el papel más importante de la Audiencia se realiza a través de las recomendaciones. No tienen un especial eco en la sociedad y a veces tampoco en la política, pero de las anomalías e infracciones detectadas en los informes extraemos las posibles medidas correctivas convenientes en cada caso y que son objeto de seguimiento, creando incentivos para el cambio a través de estas propuestas.
¿Cuáles considera que son los principales desafíos que enfrenta esta institución en la actualidad?
Creo que la apuesta más importante, por la innovación que puede implicar, es el inicio de la tramitación de un nuevo marco legal para la Audiencia de Cuentas. La actual Ley 4/1989, de 2 de mayo, de la Audiencia de Cuentas de Canarias cuenta ya con 35 años de existencia y requiere una puesta al día del régimen jurídico de este órgano del control externo. Durante este lapso temporal, estos órganos han incorporado nuevas prácticas para el escrutinio de la actividad de unos servicios públicos que, no solo deben actuar bajo los principios de legalidad, eficacia y eficiencia, sino también atender a criterios de integridad, transparencia, igualdad o medioambientales. Bajo estas exigencias se han incorporado al bagaje de las funciones de auditoría y fiscalización instrumentos de gestión públicos, como la good governance, la accountability, auditorías rápidas, la autoevaluación de riesgos, la evaluación de políticas públicas, los planes de prevención antifraude, por citar solo algunos ejemplos, que han ido siendo objeto de los trabajos de control externo.
No es que no existan otros desafíos importantes, creo que esta es una constante en cualquier institución pública. Sin duda tenemos otros como el desafío tecnológico, el relevo generacional, optimizar el acceso de funcionarios, desarrollo de mejoras de integridad en el sector público canario, etc.
Con un 70% del personal mayor de 50 años y el inminente relevo generacional, ¿cómo planea abordar esta transición para asegurar una continuidad en la calidad y eficiencia del trabajo de la Audiencia?
Esta situación se produce después de una limitación de nuevas incorporaciones en las diferentes administraciones por las crisis económicas, también a que el personal que se incorporó a la Audiencia de Cuentas, en su conformación, ha alcanzado una edad próxima a la jubilación y porque esta institución tiene en los últimos años funcionarios con destinos o cargos públicos en otras administraciones. Este mix, mantenido más allá de lo razonable, ha producido un resultado perverso que determina que “ya toca” poner el acento no solo en el relevo generacional, sino también en cubrir las plazas vacantes con ausencias de larga duración.
Se han realizado ya procesos de promoción interna y se han convocado plazas específicas, pero queda diseñar y convocar unas oposiciones que nos permitan dar una respuesta rápida a este proceso de vacancia. Fácil no es, en general el opositor evita pruebas con mucho contenido memorístico sin que se haya logrado introducir la exigencia de destrezas y habilidades imprescindibles para cualquier desempeño público. No podemos olvidar que hemos de reclutar funcionarios que han de realizar controles sobre la actividad de otros, en muchos casos, con un nivel elevado de conocimiento y experiencia.
Seguro que el proceso estará en marcha en próximos meses y que se podrá contar con una convivencia suficiente para la transmisión del conocimiento.
En su opinión, ¿cuáles son las áreas clave en las que la Audiencia de Cuentas necesita avanzar en términos de tecnología de la información y las comunicaciones? ¿Y qué innovaciones específicas cree que podrían implementarse para mejorar la fiscalización y el control financiero?
Venimos trabajando hace tiempo con ese tema. Hemos desarrollado, conjuntamente con otros órganos de control externo y con el Tribunal de Cuentas, la elaboración e implementación de herramientas informáticas de rendición de sus cuentas generales y la remisión de su información contractual y en materia de convenios,así como los órganos de Intervención local remiten la información relativa al control interno que incluye información general sobre el funcionamiento y resultados del citado control y los acuerdos y resoluciones contrarios a reparos, expedientes con omisión de la fiscalización previa y anomalías en la gestión de ingresos y sobre aquellos hechos advertidos en el ejercicio de su función de control de los que pudiera desprenderse la existencia de responsabilidad contable, también contamos con la rendición de contratos y encargos para todas las entidades del sector público y con herramientas de selección de riesgos. En recursos humanos contamos desde el año pasado con un técnico de auditoría de sistemas y está ya iniciada la convocatoria de otra plaza. Con esta medida acometemos el futuro de los controles que tiene que realizar la Audiencia de Cuentas, disponemos de una gran cantidad de datos rendidos por los entes sujetos a control y por las obligaciones de transparencia accedemos a muchos datos públicos. Someter todos esos datos a análisis y su uso para realizar controles más certeros y menos gravosos para los gestores es el proceso que estamos acometiendo.
¿Cuál es su visión a largo plazo para la Audiencia de Cuentas de Canarias y cómo espera que esta institución evolucione en los próximos años?
Queremos acometer el plan estratégico para los próximos cinco años que defina los objetivos y acciones que acometeremos en ese período, ese documento contará con la opinión del personal de la Institución y de operadores públicos externos y nos servirá de hoja de ruta. Pero sin duda, además de aspectos tradicionales de nuestra labor incidirá sobre la actualidad de nuestros informes, la utilización de metodologías de control de resultado rápido para problemas concretos recientes. Incorporará acciones de control en materia de evaluación de políticas públicas, medio ambiente, igualdad e integridad.
A modo de conclusión, ¿qué impacto espera que tenga la labor de la Audiencia de Cuentas en la sociedad canaria y en la confianza de los ciudadanos hacia las instituciones públicas?
Mejoramos la sociedad aportando un plus de confianza ciudadana en las instituciones a través de los controles que realizamos, no solo por sus resultados, sino también por el mero hecho de que las entidades, sabiendo que van a ser objeto de control, realizan una mayor reflexión a la hora de utilizar correctamente los recursos públicos, gestionando los mismos con mayor cuidado y responsabilidad.
Además, a través de la competencia de fomento y control de buenas prácticas administrativas, contables y financieras como medio de prevención de la corrupción, en el ámbito del sector público de la comunidad autónoma, promovemos en el sector público canario los valores y principios éticos básicos de integridad institucional: independencia y objetividad, competencia y comportamiento profesional, confidencialidad y transparencia, así como la planificación de su actividad y rendición de cuentas.
