Hubo un tiempo en el que Canarias era una Comunidad Autónoma de tercera, sin mucho interés. Una región ultraperiférica para muchos y con muchas carencias económicas, educativas y sociales, algunos incluso ponían en duda la existencia de carreteras. Otros se preguntaban si de verdad existía ese muro que rodea al archipiélago cuando tocaba el turno de la previsión meteorológica. Lo que sucedió después ya lo sabemos todos: explosión turística y Canarias pasó a ser un paraíso terrenal al que todo el mundo quería ir en vacaciones. No vamos a hacer ahora un repaso por la historia moderna de nuestras islas porque ya todos la conocemos, pero poco queda hoy del territorio que era tratado como al típico primo tercero que ves una vez cada lustro. Por suerte, hoy Canarias es una locomotora que crece, lidera el desarrollo de autónomos y un lugar propicio para inversiones.
Pero hay una cosa que no ha cambiado, y es que seguimos siendo moneda de cambio para muchos. Seguimos siendo la pieza fácil a la que chantajear para conseguir apoyo político. Somos aquellos que, para obtener lo que nos corresponde por derecho, tenemos que rogarlos y ofrecer algo a cambio. Seguimos siendo, parece ser, ciudadanos de menos valor, que no nuestro territorio, porque el territorio es apetecible y bastante atractivo. Somos el perro que, para obtener su golosina, debe dar la patita. Que nadie se ofenda con mis palabras, pero los datos son datos.
Canarias tiene que renegociar cada poco tiempo su REF. Canarias tuvo que suplicar un descuento de residentes para los vuelos nacionales de sus ciudadanos. Canarias tiene que rogar las trasferencias económicas del Estado y sus fondos para el Convenio de Carreteras. Canarias tiene que recordar continuamente las limitaciones de un territorio que se encuentra tan alejado del continente y el por qué estar pegado a África le hace especial. Canarias aún espera por las ayudas para los afectados del volcán de La Palma. Y aun por encima de eso, esta Comunidad Autónoma es chantajeada con la Agenda Canaria. Por unos y por otros. Porque, evidentemente, el voto de los canarios hoy es muy valioso en Madrid.
Nuestras islas, nuestras empresas y nuestra gente se han pasado media vida pidiendo tener los mismos derechos y oportunidades que aquellos que viven en el territorio peninsular.
Nos enfrentamos, cada año, a los mismos debates, mismas negociaciones y luchas. Políticos que nos prometen todo si apoyamos sus gobiernos y luego todo queda en el olvido. La agenda canaria, queridos amigos, debe estar por encima y cumplirse, al margen del partido que gobierne en las islas y a nivel nacional, porque nosotros y nuestra tierra no puede ser chantajeada por nadie, pues debemos tener los mismos derechos y obligaciones. Aun no salgo de mi asombro cuando no veo que nos echemos las manos a la cabeza cuando escuchamos “la agenda canaria sale beneficiada con tal partido”, “o con el otro”. No entiendo cómo cualquier partido tiene la osadía de prometer más a las islas si cuenta con el apoyo de los nacionalistas canarios, porque este territorio debería ser apoyado sin fisuras, gobierne quien gobierne. Es, sencillamente, una aberración.
El chantaje siempre me ha parecido algo del todo abominable, pero que esta práctica se lleva a cabo en este contexto, ya me resulta un esperpento. Canarias no es solo un vergel lleno de playas y hoteles con un clima envidiable al que acudir en las vacaciones estivales o cuando el frío peninsular aprieta. Canarias no es solo un macro parque vacacional, ni el lugar al que venir a sacarse una foto cuando ocurre una desgracia natural. Canarias es el territorio de más de dos millones de españoles, donde viven y trabajan, donde se crean empresas y llegan inversiones. No debemos suplicar lo que nos corresponde, tenemos que exigirlo, pero no a cambio de votos y apoyo, sino porque esto es territorio es- pañol, y somos todos iguales ante la ley. Me sorprende que este archipiélago sirva los antojos del mejor postor, porque no somos un trueque.
La agenda canaria, no es negociable.
Montserrat Hernández Directora de Tribuna de Canarias
