¿Cuándo nace el proyecto bajo el que se sustenta Episcan?
Episcan parte de un proyecto que surge con la pandemia. Nosotros contamos con otras empresas dedicadas al sector publicitario y en ese entonces, inmersos en una pandemia mundial, los contratos se bloquearon. Teníamos dos opciones: quedarnos en casa o pensar en un negocio viable, que aportara un beneficio a la sociedad y que, además, creara empleo. Fue entonces cuando nació Episcan.
Tras este nacimiento, ¿cuáles fueron los pasos a seguir?
Posteriormente, comenzamos a hablar con la Agencia del Medicamento y nos informamos acerca de todas las certificaciones que debíamos cumplir. Para ubicarnos temporalmente, estamos hablando de abril del año 2020.
A su vez, comenzamos a buscar una nave en la que poder llevar a cabo el desarrollo de la actividad, surgiendo entonces el proyecto de una fábrica que nace con el objetivo de protegernos ante situaciones impredecibles.
Surgió como una oportunidad de mercado en pandemia, momento en el que la demanda de estos productos era sumamente alta, pero si atendemos a la actualidad, ¿cómo atisba la demanda? ¿Cuál es el balance que hace de la situación en estos momentos?
Cuando pensamos inicialmente en el proyecto no sabíamos cuánto iba a durar la pandemia, pero sí veíamos que Sanidad en esos momentos ya invertía más de 100 millones de euros en EPIs.
No obstante, a la hora de montar una empresa no puedes hacer responsable al Gobierno de tus decisiones, pero partiendo de que son 100 millones de euros los que se consumen en Canarias en materia de productos de protección personal, sí podíamos llegar a tener una cobertura importante.
En este sentido, pensamos en negociar con el Gobierno de Canarias para que nos comprara una parte de los productos que aquí se consumen. Al final, nosotros pagamos unos impuestos para que el Gobierno compre una serie de productos de cara a proveer el sistema sanitario. Es por ello que nos parece una decisión imprudente por parte dicho organismo el que no nos haya comprado ni 1 euro, siendo nosotros una empresa 100% canaria.
Cuando se trata de apoyar a empresas canarias, el primero en hacerlo debería ser el propio Gobierno, ¿no cree?
Por supuesto. Debemos ser conscientes de que apoyando a una empresa canaria apoyamos a la economía de todo el archipiélago.
Lo que he comentado lo hemos hablado con el Gobierno de Canarias, hemos tenido reuniones con el Presidente y con diferentes consejeros, todos han visitado Episcan, exceptuando el Presidente. El Vicepresidente y el Consejero de Sanidad han visitado Episcan, conocen el proyecto y tenemos palabras de ellos recogidas por una cadena de televisión en las que han dicho que sí, que son conscientes de que hay que ayudar a la empresa canaria, pero después, sorprendentemente, suceden cosas como el caso mascarillas u otros que ni siquiera conoceremos.
Es curioso como no se ha parado de animar y apoyar el cumplimiento de la Agenda 20-30, pero se compran mascarillas que vienen en un contenedor y que han viajado por todo el mundo antes de llegar aquí, cuyas emisiones perjudican gravemente a nuestro medio ambiente. Mientras que comprándole a una empresa canaria las emisiones son prácticamente inexistentes y se contribuye a la economía local y del archipiélago en su conjunto, así como al tejido empresarial de las islas.
Damos por hecho que cualquier mascarilla que se pueda comprar cuenta con su homologación, pero esto no es así en muchas ocasiones, ¿verdad?
Nosotros cumplimos con todas las normas de calidad, muchas de ellas no son obligatorias, pero somos conscientes de su importancia. Lo curioso e ilógico es que a nosotros nos obligan a hacer un test de un producto que fabricamos aquí y que tarda entre 15 y 20 días, y resulta que cuando llega un producto proveniente de China nos fiamos de un documento que está en chino y que dice cumplen con la normativa.
Para concluir, ¿qué objetivos estratégicos y de negocio persiguen desde Episcan?
Nosotros seguimos pensando en que Canarias tiene que cedernos, en base a la ley, una cuota de mercado.
Por su parte, España, por la ley 36/2015, una ley de reserva nacional que ya contemplaba que hay que tener una serie de dotaciones para que, en caso de emergencia, estemos preparados, deja constancia de la importancia de mantener y apoyar al tejido productivo nacional. Debemos proteger nuestras producciones para hacer cumplir dicha ley, que está siendo ahora modificada en el Congreso para extender el que las fabricas sean protegidas por la Administración, porque si no es así dentro de 5 años cuando no sea el COVID y sea otro virus el que nos ataque, nos volverá a pasar lo mismo.
Esta ley ya está siendo planteada y tendrá una protección sobre nosotros en breve. Lo que me preocupa es que no sea antes de las elecciones, que se cambie de Gobierno y que el proceso se ralentice.
