Irene Egea ha recorrido un camino singular en el ámbito del coaching y la capacitación, convirtiéndose en una figura clave para la transformación organizacional en Tenerife. Su historia es una mezcla de valentía y determinación, marcada por un profundo deseo de ayudar a las personas a alcanzar su máximo potencial tanto en el ámbito laboral como personal. Desde su mudanza a la isla en 2021, Irene ha dedicado su vida a empoderar a individuos y organizaciones, y su propuesta de valor se centra en el autoconomiento, el liderazgo y el desarrollo de competencias.
Un Nuevo Comienzo en Tenerife
La historia de Irene comenzó en un momento de cambio personal y profesional. “En 2021 decidimos mudarnos a Tenerife para reunificarnos como familia”, recuerda. Este traslado se convirtió en una oportunidad para revaluar su carrera después de haber experimentado una crisis existencial en 2015. “Me replanteé qué estaba haciendo con mi vida a nivel laboral, cuál era mi propósito vital”, confiesa. El coaching ejecutivo se convirtió en su herramienta para encontrar respuestas y un propósito claro: “Acompañar a las personas para que fuesen más felices en el ámbito laboral”.
Sin embargo, al llegar a Tenerife, Irene se encontró con un obstáculo: “Me encontré con dos objeciones: no tienes experiencia para optar a puestos senior y tienes demasiada experiencia para ser junior”. Fue entonces cuando decidió emprender. “Mi propuesta de valor es capacitación y coaching ejecutivo para transformar las organizaciones a través de las personas”, explica, subrayando la importancia de colocar a los individuos en el centro de las empresas.
La trayectoria de Irene ha sido un viaje de altibajos. “El primer año fue muy bueno para ser el primer año. Tuve bastantes proyectos de bastante calado”, relata. Trabajó con importantes empresas como Meliá Hotel International, RIU y Grupo Barceló, gracias a su colaboración con Metahotel, una empresa de coaching hotelero. Sin embargo, el segundo año fue un desafío: “Empecé flojito, con muy pocos proyectos y esto me hizo reflexionar”. Reconoció que había descuidado la labor comercial mientras se enfocaba en ejecutar proyectos.
Este período de introspección le enseñó una lección valiosa: “No puedes olvidarte de sembrar nuevas semillas a la vez que las plantas y las riegas”. Con esta nueva perspectiva, Irene ha visto florecer su trabajo: “Este año está siendo una locura, estoy acompañando varios procesos de cambio organizacional en el área de retail, además de procesos de coaching ejecutivo individual”.
Un objetivo a medio plazo
Irene tiene un enfoque claro hacia el futuro. “Prefiero pensar en un objetivo a medio plazo, y mi objetivo es trabajar en mi marca personal”, afirma. Hasta ahora, ha colaborado con consultoras y grandes empresas, pero su deseo es expandir su emprendimiento y alcanzar a un público más amplio. “Quiero poder acompañar a muchas más personas y organizaciones a que alcancen el éxito desde el bienestar”, añade con entusiasmo.
Cuando se le pregunta sobre las dificultades de emprender en un entorno competitivo, Irene comparte su perspectiva: “No ha sido fácil ni difícil, ha sido. No he hecho este juicio de valor”. Se centra en observar las tendencias del sector y en lo que puede hacer para mejorar. “Siempre he encontrado generosidad en mi sector. Ganas de que al otro le vaya bien, ganas de colaborar”, dice, enfatizando la importancia de la colaboración y el apoyo mutuo en su campo.
Proyectos futuros
El futuro se presenta prometedor para Irene. “Entre manos, muchos!!”, exclama con entusiasmo. Su proyecto más significativo es el desarrollo de su marca personal, que le permitirá llegar a un público más amplio y ayudar a más personas y organizaciones a alcanzar el éxito. “Estoy emocionada por lo que viene y por poder seguir acompañando a otros en su camino hacia el bienestar y la realización personal”, concluye.
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