“Tenemos varios hándicaps que afrontar, uno es el europeo y la carga burocrática que está expulsando al sector del campo”
Comienza una nueva etapa con usted como consejero de un sector que conoce muy bien porque ya fue el titular de esta área en anteriores mandatos. ¿Cómo comienza la legislatura? ¿Cómo se ha encontrado la consejería con la gestión de estos últimos cuatro años?
Puedo ser más o menos crítico con la anterior gestión. Lo fui antes de entrar, pero una vez he tomado posesión he dicho que tengo que asumir lo que hay y lo asumo con todas las consecuencias. Hay cosas positivas que se desarrollaron y que van a tener continuidad, y hay cosas que entendemos que no se hicieron bien y que vamos a intentar modificar y mejorar.
A partir de aquí, estoy trabajando en estabilizar la Consejería, poniéndonos en el punto de salida de la situación real del sector, que es una situación dura, y a partir de ahí comenzaremos a planificar.
No he planificado ni a dos, ni a cuatro años. Hemos establecido líneas de trabajo a corto plazo, porque el sector las necesita, como la modificación del REA y las pequeñas modificaciones en el POSEI. Lo que intentamos ahora es planificar el futuro, estabilizando un sector compuesto por subsectores que vienen en caída desde hace muchos años por muchas circunstancias. Esta situación no está aconteciendo como consecuencia del anterior Gobierno, ni de los Cabildos o Ayuntamientos, sino que se debe a las políticas europeas que se están marcando y que están ahogando al sector primario de Canarias.
Dicho esto, queremos que el sector se estabilice y hacer un diagnóstico de qué carga soporta Canarias, cuánto podemos producir para intentar llegar al objetivo. Quizá nos sorprendemos y hay productos de los que no podemos producir más por mucho que lo intentemos y otros en los que sí podremos.
Se debe estabilizar para que el que viva del sector lo haga dignamente, cobrando un salario digno que le permita vivir. Son empresarios y, por supuesto, también deben tener sus días de vacaciones y una vida normal como la de cualquier empresario o trabajador.
Asimismo, se habla mucho de las hectáreas perdidas en el sector, cierto es. Esto se debe a múltiples circunstancias como que, por ejemplo, los sistemas de cultivo son más modernos, hay más innovación y son más competitivos, por lo que con menos haces más. Hay que modernizar, visibilizary dignificar al sector.
A partir de ahí, hay que trazar líneas estratégicas, aunque no todas dependen de nosotros. Desgraciadamente, tenemos varios hándicaps que afrontar, uno es el europeo y la carga burocrática que está expulsando al sector del campo. Hoy en día para ser ganadero o agricultor te exigen muchísima documentación. Y, además, cuando acceden a las compensaciones se enfrentan a trá- mites engorrosos que las administraciones tardamos mucho en ejecutar.
Hay un tema del que se queja todo el sector, sobre todo el agrícola, que es el agua. Un problema que no se puede afrontar solo desde vuestra Consejería, porque es transversal.
Además de transversal, no tenemos competencias en aguas. Es un problema mundial y social. Para mí es el gran problema y reto que tenemos como sociedad. Debemos aprender a gestionar el agua para no perderla, se pierde mucha agua en las tuberías municipales, porque no se han re- novado las redes de agua de abastos desde hace muchos años. Se consume mucha agua por parte de la industria, el turismo y el sector agrario, y hay que dar suficiente agua a todos, porque son sectores económicos, además de a la población.
Es un reto que no se soluciona de hoy para mañana, no es un problema económico, sino de gestión y concienciación. En este caso, las instituciones que tienen competencia como lo es la Dirección General de Aguas deben plantear soluciones.
Lo que bien es cierto es que el Gobierno de España y Europa tienen que apoyar una política de aguas integral.
Nosotros, desde aquí, vamos a invertir hasta 2027 alrededor de 50 millones de euros directos en redes de riego y almacenamiento de agua agrícola, estamos redactando proyectos para diferentes comunidades de regantes.
A un sector que venía acarreando dificultades en estos últimos años se han unido dos desgracias naturales. Una en La Palma, como lo fue el volcán, y otra en Tenerife con el devastador incendio. En La Palma los productores lo pasaron verdaderamente mal, ¿cuál es la situación actual? ¿Se ha encontrado la senda de la recuperación para esa población?
El volcán fue una desgracia para La Palma y también para su sector primario. La realidad es que no se ha encontrado la solución a esa recuperación y reestructuración de La Palma.
Al llegar, nos hemos encontrado con unos decretos que la abogacía del Estado y el Gobierno de España habían tumbado, porque irrumpían en las competencias del Estado y eran anticonstitucionales. Hemos tenido que reformularlos, pero esperemos que a finales de año estén y así poder darlesalida al sector.
El sector está caminando. Les hemos aportado las ayudas a la compensación de pérdida de renta y seguimos presupuestando estas partidas para el próximo año. Por su parte, Europa nos garantiza que si tenemos un plan de recuperación viable nos segui- rá apoyando. No obstante, existen muchas promesas que se hicieron y actualmente la realidad es que con las compensaciones y ayudas que se han dado, como la gestionada por la comunidad autónoma a la pérdida de renta, no son suficiente para levantar el sector y no cubre la pérdida que este ha soportado.
Les debemos aportar una salida real y viable, y en este caso el Gobierno de España debe cumplir modificando los decretos de expropiación, porque sino los agricultores no cobrarían el valor real de sus explotaciones. El Estado tiene que involucrarse y aportar las partidas económicas que prometió para trabajar todos en aras de solventar la situación, porque la realidad es que La Palma sigue sufriendo las consecuencias del volcán.
El sector primario es un sector ambiental y da un servicio como tal. Desgraciadamente, las políticas europeas, nacionales y algunas canarias han expulsado al sector primario de esa franja entre el pueblo y la zona forestal, lo que ha hecho que los incendios caminen libremente y pongan en jaque a la población, porque cuando la corona forestal crece y llega a los cultivos el agricultor no puede sembrar, el ganadero no puede pastar, no puede realizar trashumancia… Un error de la política ambiental ha sido expulsar de las áreas próximas a las zonas forestales al sector primario.
Yo espero que ahora la conciencia de estos desgraciados incendios nos haga ver que hemos cometido un error. Los ganaderos y agricultores realizan un servicio al medio ambiente y luchan contra al cambio climático.
Las últimas semanas han estado marcadas por la problemática de la papa. La noticia ha impactado a nivel nacional e internacional, ¿está este problema en vías de ser solucionado?
En una comunidad donde la papa es un elemento vital de nuestra dieta diaria, esta situación ha evidenciado un problema mayor que la propia crisis, la dependencia exterior. No tenemos competencias en esta área, pero llevamos más de 15 días en reuniones diarias las asociaciones de productores, importadores, con el Gobierno de España y con el Gobierno de Reino Unido. Canarias produce un 62% de la papa que consume, lo que es bastante. Producimos alrededor de 92 millones de kilos y consumimos aproximadamente 150 millones de kilos de papas anuales.
“Vamos a invertir alrededor de 50 millones de euros directos en redes de riego y almacenamiento de agua agrícola”
En el año 1985 producimos 125 millones de kilos. De 1985 a 2023 estamos hablando de una temporalidad de casi 40 años. En el año 1999 se detecta la polilla guatemalteca, dos años después -en el 2001- cae la producción de papas a menos 60 millones de kilos, un 50% debido a la polilla, y no nos hemos recuperado todavía, porque la polilla sigue en Canarias. En el año 2023 se detecta en el Reino Unido un escarabajo en el condado de Kent. Nosotros producimos lo que consumimos de papas hasta agosto, de agosto a noviembre no producimos, es cuando compramos la semilla y plantamos para producir. En estos meses consumimos papas importadas y justo aparece en nuestro mayor mercado importador de papa de consumo y de semilla este escarabajo, y se prohíbe la entrada de papas a Canarias. La intención ha sido que no entre el escarabajo a nuestras tierras, porque si atendemos al daño que hizo la polilla, este puede ser peor y no solo para la papa, sino también para otros cultivos.
Nosotros tuvimos una discrepancia con el Gobierno de España, que fue quien paralizó la importación, porque entendíamos que parando las importaciones procedentes de Kent era suficiente, porque Escocia, Gales e Irlanda del Norte son Estados fitosanitariamente separados.
Por ello comenzamos a colaborar buscando soluciones y encontramos, junto con las organizaciones agrarias y estamos en vías de solventar esta situación. De hecho, ya se pueden importar papas.
Lo que ha pasado con el mercado ha sido producto de la especulación y manipulación. Comprar papas a 5 euros el kilo es inviable, se están aprovechando de la necesidad para beneficiarse unos cuantos. Lo digo abiertamente: ni papas a 5 euros, ni a 80 céntimos, porque esto último es un abuso para el productor.
¿Qué objetivos te marcas a corto y largo plazo?
Los objetivos podemos decir que son varios: solventar el reto del agua, la burocratización de la administración pública, desde Europa hasta Canarias. Hay que simplificar la tramitación administrativa y garantizar el relevo generacional. Tenemos que conseguir que los jóvenes vean atractivo al sector primario. Dignificar y visibilizar el sector primario.
